Las caídas siempre representan una amenaza al bienestar físico, sobre todo cuando se trata de adultos mayores.
Sus causas son múltiples, algunas pueden deberse al envejecimiento y otras tienen que ver con factores externos que pueden prevenirse. Por ejemplo, las características del piso, la presencia de alfombras, cables, muebles, el tipo de calzado o incluso la iluminación de los espacios.
Antes de levantarte de la cama, permanecé unos minutos sentado.
No te automediques.
Usá ropa y calzado con suela de goma y sin taco.
Evitá que la ropa sobrepase el nivel de los tobillos.
No enceres el piso y usá alfombra antideslizante en la ducha.
De ser posible, colocá barandas de sujeción en el baño.
Si tu casa tiene escaleras, colocá interruptores de luz al inicio y al final de las mismas. Asegurate de que las barandas estén presentes en ambos lados de la escalera.
Despejá el camino hacia el baño y los pasillos. Evitá los muebles u objetos que obstaculicen el paso.
Utilizá sillas con apoyabrazos.
Llevá cerca de tu cama los elementos que puedas necesitar durante la noche, como por ejemplo los anteojos.
Si solés levantarte a la noche para ir al baño, usá medias antideslizantes. También podés considerar la opción de usar una chata o un papagayo.
Si usás bastón o andador, dejalo cerca de la cama.
Ajustá la altura de los estantes para evitar agacharte o tener que subir a un banquito para alcanzar algo.
Evitá mirar luces brillantes de manera directa para no encandilarte.
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